Miré al sol con tanta intensidad
que mis ojos quedaron calcinados.
Sentí tanta vida en mis entrañas
que di a luz un mar dorado.
Imaginé tantas veces mi jardín,
que no hizo falta sembrarlo.
Tu olor impregnó tanto tiempo mi piel,
que vuelvo a ser yo al recordarlo.
Saboreé tantas veces tu dulce aliento,
que deseé mil veces haberte despertado..
.
Acaricié tan vehemente tu recuerdo,
que mi memoria el resto ha olvidado.
Creí oir, tantas veces, tu voz
que olvidé que ya no estabas a mi lado.
Adabela
Imagen: Google
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